Un día normal para un pingüino normal
Un día cualquiera para “Floppy” , el pingüinito, empieza tomando un gran plato de caroña fresca (para tener vitaminas y ser muuuy fuerte) , una enorme taza de leche materna (de su querida y adorada madre , el águila) , y unos ricos trozos de conejo recién surtidos. Luego de eso Floppy , como todos los días, sale a practicar su vuelo. Floppy vuela tan alto que jamás ve nubes, Floppy vuela tan alto que jamás ve satélites, Floppy vuela realmente alto, eso sí, en parapentes, ya que las alitas de Floppy son muy pesadas para volar con ellas, su madre lo intentó todo. La cirugía, el trasplante de alas de águila, pero nada funcionaba, asique un día, la mamá de Floppy encontró este curioso artefacto en una de sus salidas de caza y vió que calzaba perfecto con el diminuto cuerpecito del pingüino asique desde entonces Floppy siempre vuela en parapentes. Luego de volar y volar, Floppy va de cacería. A Floppy siempre le ha gustado la carroña, a pesar de ser un pingüino Floppy tiene muy buen ojo para las buenas sobras. Después de cazar, su mamá lo baña en las tibias aguas de la Antártida, le pone el pijama, y le da un tierno beso de buenas noches.
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